Es cierto que para los universitarios la Navidad dejó de existir, al menos en cuanto a disfrutar de las vacaciones se refiere. Pero estamos a 22 de
diciembre y ya he tenido una cena y una comida de Navidad. Parece que con los
años las cosas cada vez llegan antes.
Como
para todo el mundo, desde que descubres quienes son los Reyes Magos y Papá Noel,
estas fechas dejan de significar lo que significaban, pero cuando en tu familia
vuelven a haber pequeños, las vives de nuevo a través de su ilusión.
Notas
cuando entra diciembre porque tu sobrina empieza a comportarse mejor de lo
normal porque no le gusta el carbón, y tu sobrino sigue siendo un trasto porque
es tan pequeño que aún no sabe ni decir ‘Papá’.
Notas
como tu bolsillo, plano ya de por sí, empieza a perder dinero, pero no te
importa demasiado cuando lees la carta de “Queridos Reyes Magos” e interpretas
las rayas de tu sobrina que sólo sabe escribir su nombre, y con suerte.
Un año
más tu padre compra un boleto para que lo compartas con tu hermano en el que no
nos toca ni la devolución. Pero lo bueno de este año es que una vez hecho el
sorteo se acabó el maldito anuncio de Navidad (adiós a las pesadillas con Montserrat Caballé y Rafael, y esa terrorífica canción sonando en mi cabeza).
Vas al
centro sin guantes y compras castañas asadas para calentarte las manos mientras
ves las luces y esa falsa pista de patinaje sobre hielo que han montado en la
plaza junto al árbol, como si compensara pasar la Navidad aquí y no en Nueva
York.
No sé
por qué, pero me resulta muy difícil hacer un balance de este 2013, cuanto más
lo pienso más me contradigo, supongo que es algo bueno.
Los
propósitos los dejo para cuando sepa que voy a cumplirlos, ahora tengo
demasiadas cosas que hacer como para meterme en otras. Pero bienvenido sea todo lo que queda por
venir.
Mi amigo Chuck y yo os deseamos a todos...
Y luego llegas a mi edad y echas en falta la universidad y tener exámenes, porque eso supone que eres súper joven y te quedan por delante muchos boletos sin premiar, otras tantas cenas y borracheras de las que te recuperas en un día (y no en una semana... palabra).
ResponderEliminarFelices fiestas!
Jajaja pues tienes razón, al final siempre se echa de menos aquello que en otros tiempos echabas de más, supongo.
EliminarPero todo tiene su parte buena, bueno no todo, lo de sufrir las peores resacas cuando antes te levantabas como una rosa no, y a ese punto ya he llegado por desgracia xD
Un besazo!
A ese vídeo solamente le faltaba por poner; "Celebra las navidades, o Chuck Norris te cruje" xD Yo también tengo sobrinos y te entiendo perfectamente, pero bueno, al vivir fuera también veo las navidades de otra manera, porque me reencuentro con gente que hace tiempo que no veo. Biquiños.
ResponderEliminarNo lo pone porque no hace falta, se sabe jajaja
EliminarLos reencuentros siempre son geniales, así que disfruta de esos momentos. Yo no vivo fuera, pero tengo a gente que sí y vienen a vernos en estas fechas, eso siempre gusta.
Un beso!
Bueno, me gustan y no me gustan jaja me gusta la ilusión con la que las viven los más pequeños, las comidas con la familia... pero odio el estrés que conlleva para mí la Navidad, mucho.
ResponderEliminarMuá!
Hay que ver la de cosas típicas que tiene la Navidad, ¿verdad?
ResponderEliminarQue pases unas Felices Fiestas junto a los tuyos.
Un beso enorme!! :)
Muchas gracias y como ya te he dicho en tu blog intenta pasarlas lo mejor posible pese a todo ¡ánimo!
EliminarMuá.
Completamente identificada. Estar en la universidad con exámenes luego de Navidad hace que estas fiestas sean un poco menos especiales, pero al fin y al cabo hace años que dejaron de ser lo que eran.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo de tus sobrinos, es muy cercano.
Encantada de haber encontrado tu blog, espero que te pases por el mío.
Un beso y felices fiestas :)!
Muchas gracias por pasarte y comentar Martina :)
EliminarEn cuanto tenga un hueco me paso por tu rinconcinto a cotillear jaja
Un beso!