Me
resulta curioso que a la gente le parezca extraño ir a un aeropuerto a ver
salir y llegar aviones y observar e inventar las historias de la gente: reencuentros,
llegadas por trabajo, pancartas… Pero sea lo más normal ir al puerto, vale que
tiene mar, pero al fin y al cabo lo que más ves son barcos.
El aeropuerto es un lugar de paso para todo el mundo, y el puerto un lugar de paseo.
El aeropuerto es un lugar de paso para todo el mundo, y el puerto un lugar de paseo.
Yo de
pequeña, a veces, me iba con mi padre al aeropuerto, sin maletas, sin billete,
sin destino. Íbamos al aeropuerto y nos poníamos delante del ventanal a ver
como salían y llegaban los aviones. Me encantaba ver el despegue, me imaginaba
la vida de los que iban dentro, a dónde iban, por qué, si iban solos, si iban a
encontrarse con alguien o si dejaban a alguien atrás… Me quedaba mirando las
pantallas de próximos embarques y elegía en qué avión me montaría yo.
Quizás
de ahí venga mi gran afición a los viajes, mi necesidad de salir de mi ciudad,
por poco tiempo que sea, cada cierto tiempo, y también es probable que venga
del hecho de que todos los veranos nos íbamos a algún sitio, y así llevo
recorrida más de media España.
Es
curioso, porque siempre que íbamos al aeropuerto era para ver los aviones, pero
nunca cogíamos ninguno, nunca he montado en un avión con mi padre, pero he
visto tantos despegues y aterrizajes con él…
Y aun así me pone un poco nerviosa coger aviones, el momento de pasar la maleta y todas las cosas por la cinta, el momento de quitarme las botas y pasar descalza por el detector, el momento de embarque y la tensión de no saber si me dejarán pasar mi maleta como equipaje de mano, el momento del despegue... Me encanta, pero me pongo nerviosa.
Y aun así me pone un poco nerviosa coger aviones, el momento de pasar la maleta y todas las cosas por la cinta, el momento de quitarme las botas y pasar descalza por el detector, el momento de embarque y la tensión de no saber si me dejarán pasar mi maleta como equipaje de mano, el momento del despegue... Me encanta, pero me pongo nerviosa.
La
gente pasa noches en el aeropuerto, yo también lo he tenido que hacer alguna
vez, y suelen ser noches horribles buscando la postura para dormir un mínimo y
a la vez cubriendo como puedes toda tu maleta con el cuerpo para que no te la
roben. No me gustan esas noches, pero adoro esos amaneceres, supongo que
también tiene algo que ver la compañía.
Y todo
esto viene porque he leído la frase "Los aeropuertos ven más besos sinceros que las bodas", y me he acordado de esos momentos y a la vez me he dado cuenta de que la mayoría de las personas odian los
aeropuertos, y yo no entiendo por qué, y luego cuando digo que iba por placer
me miran extrañados ¿tan raro es?