Por norma general la gente me cae bien, bien sin más (que no es algo malo). Pero es difícil pasar de ahí, conocerme más en profundidad. Puede que sea difícil congeniar conmigo, congeniar de verdad quiero decir. No sé si es que soy muy selectiva, o que ya hace años que me cansé de eso de abrirme para nada. Pero las barreras las pongo de forma inconsciente.
Pero ahí no acaba todo, si por una de aquellas llegas a saltar todos los obstáculos y acercarte un poco más, puede que un día pase algo, o vea algo en ti que no sabía, y de repente mi mente haga 'click' y ya no te pueda volver a ver igual. No digo que sea un click irreversible, aunque es bastante complicado. No sé, es como ver algo que sabes que siempre ha estado ahí pero que tú no veías, o incluso algo que ha cambiado y ha aparecido ahí de repente, donde todo estaba bien. Algo que no te gusta nada y que te crea un sentimiento hacia esa persona que no quieres tener, pero que es inevitable.
Normalmente mi mente hace click pronto, antes de cruzar todas las barreras, pero otras veces, alguien importante de verdad hace click, y estás jodido. Y la verdad es que me da un poco de rabia, es difícil de explicar y que se entienda, pero es algo automático. No es que se pierda todo, claro, pero ya nada es lo mismo.
Y luego hay veces (excepcionales) en las que el click acaba salvándose. Creo que esos clicks merecen la pena, que demuestran lo que vale la persona de verdad. Es como cuando la cagas hasta el fondo, y luego de algún modo haces lo posible por salvar la situación, y la salvas. Es como que después de eso, crees que podrás con todo. Esas son las buenas.
Lo cierto es que la palabra click representa a la perfección lo que me pasa. Ponerle todas estas palabras de más sólo lo complica. Click como cuando le dabas al Stop en el radiocasete y se paraba la música, o click como cuando le dabas al Play y sonaba de nuevo. Todo cambia con un simple click.
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