El otro
día decidimos ir a un pueblecito a hacer una ruta por el monte. La encargada de
buscar la ruta fui yo, así que escogí una no demasiado larga que acababa en
unos baños termales naturales que hay allí.
De
normal cuando te vas de ruta, madrugas, sales pronto y la haces por la mañana. Pero en esta ocasión la pareja con la que íbamos no podía salir por la mañana,
así que quedamos para comer en el pueblo y ya después de comer, con toda la comilona en la tripa (porque nos cebamos todo lo que pudimos y más) empezamos la ruta.
Estuvimos
5km andando sin encontrar el sendero correcto, pero cuando ya nos dimos por
vencidos e íbamos a dejar la ruta que había encontrado para otro día, por fin
encontramos el camino que indicaba que por ahí íbamos bien.
Comienza
la ruta, cuesta pa’ arriba, cuesta pa’ abajo, nos encontramos con un burrito,
fotos con el burro, nos encontramos con perros alterados, aceleramos la marcha…
Todo
muy bonito, y a los 3km (8 si le sumamos los 5 que llevábamos perdidos) uno
dice que si estamos seguros de que no se nos hará tarde si seguimos la ruta y
que si preferimos volver… El resto decimos que volver no es una opción, ya que
se trata de una ruta circular, por lo que seguimos adelante, y nos encontramos
cosas muy chulas como un chorro de agua, al estilo cascada pero que salía a presión y nos dejaba empapados, porque había que atravesarlo sí o sí.
A
partir de este punto ya en teoría llevábamos más de media ruta, así que nos
quedaban cosa de 2km para acabar.
Seguimos las indicaciones de la información que saqué de internet, y el camino
empieza a complicarse, ya no sólo en dificultad, si no en señalización, varias
veces nos salimos de la ruta pero al final conseguíamos retomarla volviendo
atrás y buscando otro sendero.
Empieza
a hacerse tarde, ya llevamos 15km andados y la idea de que en algún punto nos
hemos desviado de la ruta que marcaba en internet comienza a ser más certera…
aceleramos el paso (estamos en el monte y no queremos que se nos haga de
noche).
El
camino sigue, cruzamos un riachuelo, y no hay rastro que indique que el final
del trayecto está cerca. Nuestro temor empieza a hacerse realidad y vemos cómo
va oscureciendo… Mi móvil se queda sin batería, nos quedan dos más, uno de
ellos alemán, que es el que usamos como linterna. Por suerte la senda mejora y
salimos a un camino amplio. Ya es completamente de noche, los animales salen de
sus escondites y aunque no los vemos los escuchamos a nuestro alrededor (en
este punto yo ya estoy lo que se dice cagada).
Empieza
a refrescar (recordemos que aún tenemos la ropa húmeda de ese tramo que tanto nos gustó que nos dejó empapados), y una neblina nos envuelve, pero por suerte hay luna llena, lo que
nos ayuda bastante para ver mejor.
Encontramos
una señal con indicaciones que nos dicen que el pueblo está a 3km si seguimos
el camino del que venimos (no entendemos nada, porque en ningún punto vimos
otro camino que no fuera el que llevábamos recorrido) y en la dirección
contraria el pueblo estaba a 5km.
Como el
mejor camino parecía ser el de 5km tiramos hacia allí, pero la cosa se
complica, el camino cambia a uno que sin conocer la zona y sin apenas luz no
nos atrevíamos a seguir, así que decidimos llamar a emergencias.
La
suerte nos acompaña (la mala) y no hay
cobertura. Yo ya nos veía en los telediarios.
Dato:
la llamada de emergencias sin cobertura es un timo, porque no funciona.
Decidimos
que lo mejor es seguir caminando por el camino ancho, hasta encontrar
cobertura, y una vez podamos llamar, volver hasta el cartel con las
indicaciones y ver si alguien puede venir a por nosotros allí.
Llamamos
a emergencias, no nos localiza ni cristo, ya no sé si pasan horas o minutos,
para mí creo que pasaron días… Y la historia acaba un buen rato después, tras
movilizar a los bomberos y la Guardia Civil, que contactan con nosotros vía
whatsapp (benditos Androids y bendito Google Maps) y nos recoge un coche de la
guardia civil con una gente majísima (jamás lo hubiera pensado).
Vamos, que la liamos parda, y una ruta de 9km acabó siendo una de 20.
La verdad es que pese a la situación y lo cagada que estaba nos reímos bastante, fuimos unos incautos de mucho cuidado, pero bueno "Al final todo acaba bien. Y si no acaba bien, eso es que aún no ha llegado el final".