“Cuando alguien es capaz de reírse sobre lo que le pasa, nadie tiene poder sobre él.”
El otro
día tenía que estudiar, así que me puse a hacer una limpieza en profundidad de la
habitación. Porque ese es el primer paso para asegurar un buen estudio, y todo estudiante que se precie debería ser consciente de este hecho.
Y ya que me ponía... moví todos los muebles a ver si la nueva
orientación me motivaba más en mi estudio (cosa que no sucedió ¡¿quién lo
hubiera imaginado?!).
Dejando
de lado la de mierda que hay bajo esos muebles que no mueves en la vida (de
verdad, una civilización nueva bajo cada mueble), encuentras cosas de las que
ni te acordabas que tenías, como una libreta con frases como la que encabeza
esta entrada. Y me acordé de que empecé a recopilar frases así, porque hace
años encontré una libreta de cuando mi madre era joven con frases del mismo
estilo, y pensé por qué no continuar la “tradición”.
Pero
volvamos al tema, esa frase la escribí hace un montón de años, y ya ni me
acordaba de ella, pero la verdad es que gran parte de mi forma de ser la baso
en eso, bueno creo que para muestra un botón, sólo hay que leer las entradas
que escribo sobre mi habilidad en la vida…
Pero la cuestión es que a mucha
gente le falta interiorizar esto, y montan un drama por cosas que yo me tomaría
a risa. Que está claro que en el momento hay cosas que pueden ser una putada,
pero pasado el tiempo ¿qué más da? Pues te pasó lo que te pasó, alégrate por
haber vivido una experiencia más y estar donde estás, no todos pueden decir lo
mismo.
Y esa
frase en concreto tiene mucha razón, porque cuando tú eres la primera que se
toma a risa lo que le pasa, nadie puede atacarte por ahí, y si lo hace, las
risas están aseguradas.
Así que más comedia, y menos dramas.