lunes, 13 de mayo de 2013

Hay personas que...


Yo antes pensaba que los amigos que tenía iban a estar ahí siempre, y cuando digo siempre es SIEMPRE, toda la vida, que íbamos a ser viejecitos e íbamos a descubrir cada arruga de la cara del otro.

Un día una persona me dijo:

- Los amigos cambian. Muchos te acabaran decepcionando, y otros se irán alejando sin saber por qué. Al final los que siguen ahí, son la familia (la de sangre y no la otra).

Yo me negué en rotundo a creer algo así (que yo me crie viendo Friends, joder) para mí esas personas eran lo más importante que tenía en esos momentos, y me resultaba imposible creer que algo así pudiera pasar. Pero pasó.
Algunos vuelven a tu vida, aunque con menos intensidad, otros lo intentan, pero al final no lo consiguen, y a otros los pierdes sin más.

Y es que llega un momento en el que tu vida cambia, y los caminos que seguías junto a otras personas se separan y a muchos los vas perdiendo por el camino, aunque también es cierto, que a otros los ganas, y muy pocos se quedan. Y cuando miro atrás y me acuerdo de aquellas personas que ya no están, me vienen cantidad de recuerdos a la cabeza, y sobre todo muchísimas risas. 

Pero es verdad, la gente cambia, y yo también he cambiado, he cambiado mucho. Y sé que van a pasar muchas personas por mi vida, y también he aprendido que se acabaran quedando pocas, y que por fuerte que creas que es algo, puede que un día todo cambie, o también puede que no.

Por eso lo mejor es dejar que las cosas simplemente pasen si tienen que pasar, que jamás te niegues a hacer algo que quieres porque otros no lo crean posible, no te apoyen, o les dé rabia que tú puedas y ellos no, y aquí ya no estoy hablando de amistades, estoy hablando de lo que yo llamo personas tóxicas, que haberlas hailas.
Así que aprende a diferenciarlas… porque hay otras que son muy especiales, hay otras que tienes que tener cerca, y a veces el miedo a que te decepcionen (las experiencias pasadas es lo que tienen) las aleja de tu lado cuando deberían ir de la mano.
Que cada vez cuesta más encontrarlas, pero cuando aparecen te alegran la vida. Y yo sé qué personas especiales hay en mi vida, y aunque a veces les suelte la mano por miedo, son de las que vienen y te la vuelven a coger, y no necesitan oír un Stand by me para saber que las quieres ahí.



viernes, 10 de mayo de 2013

Tiempo libre, ese gran desconocido


Últimamente vivo entre una montaña de apuntes, libros, hojas de Word esperando a ser escritas… y café, mucho café (sin olvidar las clases y las prácticas).

Llevaré así cosa de un mes, o  más, o menos, no lo sé, no tengo ni idea, porque hace mucho que perdí la noción del tiempo.

Y así es como estamos muchos.
Estudia una carrera decían, ya verás como una vez pasen los dos primeros años el resto va rodado decían…
¡Y una mierda!

Sin duda con lo que me estoy agobiando este cuatrimestre estos preciosos años universitarios los voy a dejar de echar de menos rápido, pero muy rápido (mentira :().

No tengo tiempo para nada, ni para llorar en un rincón. Aunque la realidad más bien es:
no tengo tiempo para nada, propongamos planes todos los fines de semana, celebremos cumpleaños, que todos caigan en mayo, ahí, para joder. 
Y cuando esto no pasa mi cerebro se pone en Off porque le da la gana, porque él es así, un rebelde ¿que tiene que trabajar? pues se duerme... que se acumule la faena para la última semana, que sufra de verdad (así de sádico es él).

Y así estoy, más agobiada que Spiderman en un descampao’.

Pero la cosa no acaba ahí, ahora mi mente se está debatiendo entre si irme el año que viene a vivir a Barcelona o quedarme en Valencia (muerta del asco básicamente). Y lo tengo que decidir este mes.
Por supuesto, si no fuera por la economía me iba a Barcelona que es donde está lo que quiero hacer, aunque también me da pena alejarme de las personas que tengo aquí, pero siempre tengo presente el Quien algo quiere, algo le cuesta y sé que unos kilómetros no son tanto como para romper lo que ya tengo.

No sé, ya lo dije, no quiero echar raíces aquí tan pronto, y si no doy este paso igual es lo que acaba pasando… El problema es que tampoco depende sólo de mí el darlo o no. Y lo que más miedo me da no es irme allí, es irme y que al final no encuentre trabajo o simplemente no me llegue el dinero para seguir haciendo lo que quiero.
Pero por otra parte si me quedo ¡¿qué hago?!

Y en este debate está sumergida mi mente, cuando en realidad debería estar haciendo todo ese trabajo que llevo arrastrando.

Pero ¿qué es fácil? ... Nada que merezca la pena. 

miércoles, 8 de mayo de 2013

Seré breve


Hoy me he dado cuenta de que cuando no tienes algo claro y dudas entre si hacerlo o no, es muy fácil darte cuenta de si es realmente lo que quieres.

Es sencillo, de verdad, sólo tienen que quitarte la posibilidad de poder hacerlo, y si te da un bajón impresionante, es que es lo que querías, y si no, pues enhorabuena, tu otra puerta sigue abierta.

Y es que a veces por pensar mucho las cosas o esperar a que se resuelvan en tu cabeza no te das cuenta de que el tiempo pasa y puedes acabar perdiendo oportunidades, y cuando te das cuenta ya es tarde…

Pero bueno, así es la vida, y siempre hay más cosas que hacer.